Cirugía de nariz: rinoplastia
La rinoplastia, también conocida como la remodelación nasal, es un procedimiento quirúrgico que se realiza para cambiar permanentemente la forma y el tamaño de la nariz. La cirugía se realiza mediante la remodelación de esqueleto nasal, que está hecho de hueso y cartílago. La piel de la nariz no se altera, pero cuando se cambian las estructuras subyacentes, la piel se ajusta a la nueva forma de la nariz. Sin embargo, hay limitaciones debidas al tamaño general, la forma, y la piel de la nariz, además de que no se puede olvidar que la función principal de la nariz es la respiración. Por ejemplo, un estrechamiento muy dramático de la nariz sacrificaría la respiración.
Un mal resultado de una rinoplastia realizada por otro cirujano
La experiencia les ha enseñado a los cirujanos de rinoplastia modernos que cortar los cartílagos de la punta nasal puede dar lugar a complicaciones funcionales y estéticas. En las técnicas de rinoplastia avanzadas, en lugar de eliminar el cartílago, éste se remodela mediante técnicas especializadas. Con el uso de suturas especiales, los cartílagos de la punta nasal son remodelados para definir la punta de la nariz. Las suturas le permiten al cirujano controlar la forma exacta de los cartílagos de la punta, con lo cual se obtienen resultados más predecibles. Mediante la colocación de las suturas en diferentes lugares en los cartílagos de la punta nasal, el cirujano puede cambiar la forma del cartílago sin tener que removerlo.
Durante los últimos quince años ha habido un gran debate sobre si la operación de rinoplastia se debe realizar de manera abierta o de forma cerrada. Sin embargo, éstos son sólo abordajes para poder llegar al esqueleto de la nariz . Se les llama abordajes porque son simplemente métodos que el cirujano utiliza para llegar a las áreas de la nariz que necesitan ser alteradas. No son técnicas. Las técnicas son los métodos que el cirujano utiliza para cambiar o alterar las áreas anatómicas específicas de la nariz. El abordaje “abierto” o externo implica una incisión en la columela, o la columna entre las dos fosas de la nariz. El abordaje “cerrado” o endonasal implica una serie de incisiones dentro de la nariz. Un abordaje no es mejor que otro. Son diferentes y cada uno se utiliza para diferentes tipos de narices. Una operación que se realiza con un abordaje no garantiza un mejor resultado.
Durante la última década, se han hecho grandes avances en el arte y la ciencia de la rinoplastia. En el pasado, la rinoplastia se realizaba de una manera reductiva. De hecho, todavía hay muchos cirujanos que realizan la rinoplastia de esta manera. En la rinoplastia reductiva, el cirujano elimina gran parte del hueso y el cartílago para lograr una nariz más pequeña. La punta de la nariz se reduce en tamaño cortando y quitando partes de los cartílagos de la punta nasal. En fin, el esqueleto estructural de la nariz es destruido y se debilita. La mayoría de narices operadas de esta forma tienen una apariencia satisfactoria durante le primer año después de la cirugía. Pero el problema es que después del primer año, la nariz sigue cambiando, debido a que las fuerzas de cicatrización son mas fuertes que la nueva nariz, que perdió todo su apoyo estructural cuando le quitaron demasiado cartílago y hueso. Casi siempre, el resultado final es una nariz con una apariencia quirúrgica. Además, la eliminación de cartílagos de la punta nasal puede dar lugar a una grave dificultad respiratoria que puede ser muy difícil de corregir.
